Un hijo de tigre que salió pintado

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Artículo principal - Ed. 284 - Septiembre de 2007

De su padre, don Roberto Gutiérrez Vargas, coautor de La Guaria Morada, heredó el “gusanito” de la música. Con su gran talento y prodigiosa voz, Luis Roberto Gutiérrez Mayorga, continúa deleitando al público con el legado musical de su progenitor

Marco Antonio Roldán

Cada vez que tiene una guitarra en sus manos, Luis Roberto Gutiérrez Mayorga, se inspira y con su bien afinada voz y un estilo muy propio, le canta a su querido Escazú, al folclore costarricense y al amor.

Este cantante y compositor, vecino de Escazú centro, empezó a cantar y tocar guitarra allá por 1968, en su años de adolescente, tiempos de los que aún guarda algunas anécdotas, como la vez que se pegó una carrera huyendo con la guitarra al hombro, luego de darle una serenata a la chiquilla que le robaba el sueño.

Hoy día, a sus 55 años de edad, con una trayectoria y experiencia bien consolidada, se destaca como uno de nuestros más valiosos artistas autóctonos.

Su repertorio incluye alrededor de 25 temas propios, otros de su recordado padre, toda la música folclórica costarricense, y sin faltar, los boleros viejos, porque dice que disfruta en gran manera cantándolos, aparte de que a la gente le gusta mucho.

Quienes conocen de su calidad artística lo contratan para amenizar rezos del niño, serenatas y cumpleaños, dentro y fuera de Escazú. Esto sin dejar de mencionar las innumerables ocasiones en que ha sido invitado para interpretar su música folclórica en escuelas, colegios y otras actividades especiales, como el Día del Boyero. El artista se puede contactar por medio del teléfono 289-5704.

Entre sus composiciones destaca el tema escazuceño Estampas de mi pueblo, mejor conocido como Párate en el centro. “Ha sido la canción más representativa, ya que salió muy linda; la gente siempre me detiene para decirme que donde pueden comprar el disco o que la escucharon en la radio, porque la tienen en Radio Nacional, en Faro del Caribe y en otros programas de música folclórica”, comentó el cantante.

En 2003 dejó patente su sello musical con el lanzamiento de su primer disco compacto titulado Estampas de mi pueblo, donde es acompañado en el requinto por el músico Alexis Arias. La obra reúne ocho temas, tres de composición propia y cinco de la autoría de su padre, don Roberto Gutiérrez Vargas. El disco, que aún está a la venta, es un homenaje a su papá, quien es reconocido a nivel nacional por ser el coautor de La Guaria Morada.

El CD incluye las siguientes canciones: Estampas de mi pueblo (conocida como Párate en el centro), La Guaria Morada, ¡Jesa! boyero, Víbora viborana, Mi Escazú, La coyolera, Guacalito y Gusanito de espabel.

Está casado desde hace 30 años con Ana María Marín Muñoz, con quien tiene tres hijas: Mónica, Natalia y Melissa, además de cuatro nietos que completan la descendencia. Es el menor de cinco hermanos: Ronaldo, Guaria, Nayudel y Flor.

Se dedica a su negocio de cortinas y persianas, el cual tiene desde hace casi tres décadas y que administra en su propia casa. Su tiempo libre lo dedica, en gran parte, a su carrera artística.

Y es que esta familia trae el talento artístico en la sangre. Su tatarabuelo fue, ni más ni menos, que el benemérito de la patria Manuel María Gutiérrez, autor de la música de nuestro hermoso Himno Nacional, cuyas notas afloraron el 11 de junio de 1852.

Su hermano Ronaldo, conocido como Pituza, fue un destacado cómico nacional en la décadas de los años 70 y 80, participando con su shows humorísticos en el programa de televisión El club millonario Philips, del desaparecido Carlos Alberto “Patiño”. Este artista, además, toca batería y es percusionista.

José Antonio Gutiérrez Vargas, es el nombre real de su ya fallecido tío, cuyo nombre artístico era Olegario Mena Barrantes, humorista recordado por su personaje en el popular programa de radio El matrimonio ideal: doña Chona y Tranquilino, que interpretaba junto a Carmen Granados.

Olegario, quien era un músico especializado en el género de “concherías”, también participó en programas de televisión como El fogón de doña Chinda, famosa producción de Miguel Salguero hace más de 20 años.

Una flor en el talolinga

Pero toda esta muestra de talento consanguíneo perdería todo su sentido si omitiéramos a su padre, don Roberto Gutiérrez Vargas, quien por el año de 1934 compuso una de las canciones más bellas de nuestro folclore costarricense y que lo haría famoso a nivel nacional.

Toda la belleza y significado de La Guaria Morada, nuestra linda flor nacional, quedó inmortalizado en la canción del mismo nombre, obra de la inspiración de este músico y su gran amigo Carlos López, cuando ambos integraban el dúo Los Talolingas.

Ellos se conocieron cuando trabajaron juntos en Puntarenas como pintores de señales en el Ferrocarril Eléctrico al Pacífico.

El dueto recorrió las poblaciones de Guanacaste y por aquellos años hicieron muy popular una canción creada por ellos que se llamaba Mi talolinga, la cual el público siempre les pedía, por lo que comenzaron a llamar al dúo Los Talolingas, y así se quedaron.

El término “talolinga”, según decía don Roberto, es una palabra indígena. Es el nombre dado a una porción de tierra que sobresalía del agua acumulada después de un temporal en las pampas guanacastecas y donde los pajaritos llegaban a posarse.

Al retirarse Carlos López en 1957, el folclorista Lencho Salazar ocupa su lugar, y unos años más tarde, sale éste y se le une Arturo Vargas, conocido como Mincho Varela. En 1969, luego de 35 años, el dúo se desintegra.

Don Roberto nació en San José el 18 de noviembre de 1911. En 1933 contrajo matrimonio con Gloria Mayorga Cubero, y una década después se vinieron a vivir a Escazú. Murió el 19 de enero de 1985, a la edad de 73 años.

Padre e hijo han compartido una misma pasión.

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