15 de mayo de 2000

El cura de los pobres (1º parte)

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El padre Walter posee un carisma especial para casi todo lo que hace.


Artículo principal - Edición 216 - Mayo de 2000

Marco Antonio Roldán

Ese 24 de abril de 1947, a las 8 a.m., había nacido en una casa de la ciudad capital, un niñito común y corriente.

Sus padres, don Virgilio Howell Rivera y doña Bernardita Castro Quesada, no tenían ni la menor idea de que ese quinto descendiente de su unión, que recién llegaba al mundo, llegaría a ser un sacerdote dotado de una capacidad poco usual para emprender acciones en beneficio de las personas pobres. El nombre de esa criatura: Walter Enrique Howell Castro, actualmente cura párroco de Escazú.

El hombre agradable y de barba, que hoy día es el guía espiritual de los feligreses de la Parroquia de Escazú, vivió su niñez en una casa ubicada en el centro capitalino, en la avenida quinta, en las cercanías del actual Mercado Borbón.

Fue un niño como la mayoría, inquieto, fogoso, que gustaba de ir con sus amigos a los potreros que existían en ese entonces en los alrededores de lo que hoy es el Mercado La Coca Cola. Le agradaba también subirse a los árboles, pescar “aluminas” en los ríos e ir a “apear” guayabas y jocotes en las fincas del vecindario.

A la edad de 6 años inició su educación primaria en la Escuela República de Argentina. Cuando tenía entre 7 y 8 años, adquirió el hábito de coleccionar estampillas, afición que ha mantenido hasta la fecha, y que según dice, lo ha cultivado de muchos conocimientos. Actualmente posee una amplia colección de sellos postales de casi todos los países del mundo y de una inmensa variedad de temas.

De monaguillo a sacerdote

En 1956, cuando contaba con 9 años de edad, se integró al grupo de monaguillos de la iglesia de Barrio México. Un año después, cuando cursaba quinto grado, se trasladó junto con su familia a vivir a Hatillo 1, terminando sus estudios primarios en la escuela de ese lugar y obteniendo por sexto año consecutivo, el mejor promedio de calificaciones de todo el centro educativo.

Como consecuencia de sus sobresalientes notas, le fue concedida una beca para estudiar en el colegio La Salle, donde estuvo de sétimo a noveno año, viéndose obligado a suspender los estudios e irse a trabajar, ya que su familia era muy pobre y necesitaba ayudarlos. Más tarde, continuó su educación en el colegio nocturno Carlos Gagini, donde obtuvo el bachillerato.

Durante sus años de secundaria, su principal afición fue la lectura, con una especial preferencia hacía libros de temas bíblicos y de teología, que denotaba su inclinación religiosa.

Después de obtener el bachillerato, a los 16 años de edad, trabajó en el Banco Nacional, a pesar de que el reglamento de la institución establecía que la edad mínima de sus empleados debía ser de dieciocho.

Seguro de poseer vocación, en 1968 ingresó al Seminario, donde estudió por espacio de siete años, costeando sus estudios por medio de los ahorros que reunió en años de trabajo y esfuerzo. El 7 de diciembre de 1974, recibió la ordenación sacerdotal.

Su primer nombramiento fue como capellán del Hospital San Juan de Dios, cargo que desempeñó del 1º de enero al 31 de diciembre de 1975.

De enero a junio de 1976, tuvo el encargo de asistir al cura párroco de Santa Ana, el padre Feliciano Alvarez, quien sufría de cáncer en los riñones y a quien acompañó hasta su lecho de muerte. Seguidamente, en agosto del mismo año, pasó a ser coadjutor de la Parroquia de Los Angeles de Heredia, donde permaneció hasta diciembre de 1977.

Por fin, el 3 de enero de 1978, recibió su primera designación como cura párroco, en la Parroquia de Tierra Blanca de Cartago, donde se mantuvo hasta 1983. Durante su permanencia en esta iglesia, manifiesta, que iluminado por el Espíritu Santo, se sintió impulsado a restablecer la práctica del diezmo, como una forma de aliviar las congojas de los más desposeídos.



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El padre Walter, a la edad de 8 años.


El padre Walter a la edad de 16 años, cuando trabajaba como secretario del ingeniero del Banco Nacional.


Recién ordenado sacerdote, a los 27 años de edad. El pasado 7 de diciembre de 1999 cumplió sus bodas de plata sacerdotales, es decir, 25 años.



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